TU

Te tengo en mis manos pero, como la arena, te escapas entre mis dedos.

Si levanto la cabeza, te enarbolo, te pongo de estandarte, si trato de apresarte te deshaces, inmaterial como eres y presente en toda la materia. Si dudo, tengo miedo y te busco lógico y entendible, tu certeza y mi amor se vuelven humo apresurado, y así desapareces y me encuentro sola desliando la madeja de mi cerebro, de mis dudas, de mis absurdas ideas, de mis creencias y buscando el sitio donde te perdí, el hueco donde te ocultaste, y siento frío y el mundo se vuelve ajeno y fragmentado y un eco de dolor me pregunta incesante: ¿dónde está ahora? ¿dónde estaba antes?

Y es en ese momento al asomar una lágrima en los ojos y en el pensamiento cuando tú regresas, siento tu aliento y me abrazas, así con tu murmullo se calla mi lamento y vuelves a ser todo recomponiendo mis fragmentos. Es cuando creo que tu te has ido, cuando creo que todo fue un sueño, cuando vienes dando gritos y en silencio, me atropellas, me atraviesas, de nuevo me reclamas aquello de lo que eres dueño, el pecho se me abre y el corazón vuela de contento, y la vida se hace nueva y no hay dudas ni miedos.

Es entonces cuando respondo: está aquí, en lo más íntimo de aquí dentro.