miércoles, 31 de enero de 2007

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS

Algo me duele en el pecho y es la infinita alegría que sólo me puede llevar a darte las gracias y a abrazar a mis herman@s.
¿Dónde se ocultaban cuando no l@s conocíamos? A veces sucede que crees que conoces a una persona, bueno que la reconoces entre la gente más bien, hasta que un día la miras como Jesús al joven rico “y mirándole le amó” e imagino (o quiero pensar) que no le amó por ser Él quien es, sino que le amó porque si de verdad miras a alguien al final no puedes evitar amarle (Saber mirar es saber amar). Cuando miras descubres sus pequeñeces que te hacen ver el niño que no se vale por si mismo que vive dentro de esa persona, cuando miras puedes ver sus afanes, la entrega, el valor… y ahí descubres un héroe en su interior, si miras puedes ver la capacidad de sus manos, la capacidad de destruir o de crear y entonces descubres su humanidad, cuando miras te das cuenta de que te miran, los ojos se encuentran, las miradas se cruzan y un rayo de entendimiento, de comprensión mutua surge y entonces descubres que esa persona es tu herman@. Y al mirar habrá gente que sólo vea lo malo, y digo yo: ¿no será que no miras a los ojos de quien te esta mirando?
Dentro de todos nosotros hay un monstruo encerrado, pero mirando y mirando al final descubres que ese monstruo no es tal, sino que como Segismundo (en La vida es sueño) es lo que de él le contaron, producto de lo que en la vida le hicieron, fruto de tanto daño, y al fin y al cabo, si somos sinceros y también nos miramos, si buscamos dentro de nosotros mismos veremos también una celda con un Segismundo-yo encerrado, que está ahí esperando a que Rosaura le encuentre y le cure de tantísimas heridas y dejando a un lado el pasado (por fin) gobernar sabiamente.

Ojalá Señor, yo pudiera ser la Rosaura de tantos Segismundos encerrados en la celda del dolor de uno mismo, pero mientras, por favor quiero mirarl@s como tu miraste y como algunas veces me han mirado. Si no fuera por que nos miras así… si no fuera porque nos amas…

Pero volviendo a lo que hoy me ha llamado. Hoy te he visto en al tierra, sentado a mi lado, porque mirando y mirando se descubren los constructores de Reino (eso que no hacen ruido al construirlo). Muchas gracias por esos ojos, por esas manos, por esos gestos, por esos brazos… Y siento en el alma quedarme por miedo y absurdo recato: un abrazo, un beso, tan solo un “gracias” aunque sea en bajo… ¿Se lo harás llegar? ¿Les dirás tu lo que yo me callo?

¡¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS Padre por mis herman@s!!
25 de Enero de 2007

1 comentario:

Noe dijo...

Freira, vuelvo a intentar colgar un comentario en tu blog, a ver si esta vez sale, porque es incrrrreible vamos.
Pues nada, hirma Edna, que gracias por lo que escribes, que gracias a ti por como eres y por dejarte moldear.
Y gracias a ti por cuidarnos siempre tanto a los que tienes alrededor, en esa particular manera que tienes tú desde la transparencia.

Un besito hermana,