
Tengo muchas experiencias acumuladas (gracias a una personita he conseguido pensar que todas positivas), tengo bastante kilometraje en la vida, he sentido muchas cosas, ya he querido y ya he sido querida, he hecho daño, he hecho el loco, me he escondido, he sido atrevida, me han hecho daño en el alma (bueno quizá no llegó tan dentro la herida), me he conocido y sorprendido a mi misma… tengo tantas cosas… Y es que me siento como si tuviera un puzzle de al menos 3500 piezas que montar y a mí, no solo es que no me gusten los puzzles ¡¡es que no se me han dado bien en la vida!! ¿Qué hago con todo esto? ¡Si ni siquiera tengo la foto del resultado para que me sirva de guía! No se como hacerlo, se que hay alguna manera de que todas las piezas encajen y que no sobre ni una y de que tampoco haya huecos, hay un puzzle todo armonía, pero a mi muchas veces me suena a cuento, porque cuando me pongo a montarlo o me sobran o me faltan fichas, porque no encuentro la manera de montar el puzzle de mi vida (¿no podías haber elegido otro juego? no sé… el chinchón se me da mejor...).
Y a veces pienso: “espera, espera y confía” (es que a lo mejor aun no tengo todas las piezas…) y me imagino que pensarás: “¡jué con la niña! la espero yo tantos años y ella no puede ni esperar unos días…” El caso, querido, es que me pongo nerviosa y estoy intranquila, el caso es que siento que no me da para más la vida. Es que no me pongo de acuerdo ni conmigo misma (principalmente conmigo misma), ahora quiero que sea de noche y ahora quiero que sea de día, te quiero y te odio, te extraño y te olvido, quiero lo negro y quiero lo blanco, quiero entrar y quiero salir, y con lo que quiero y queriendo a veces ni yo misma me obedezco, quiero estudiar y ser responsable… ¿¡y quien me lo impide!? pues nada… ¡que no puedo!
Te necesito, necesito que estés muy cerca, cruzarme contigo en el pasillo, que te metas en mi cama, llevarte en la mochila, en los bolsillos, que me acompañes… y si no te siento estoy triste y sola y si te acercas soy yo la que se marcha corriendo.
Y sólo quiero que tu me ayudes, que tu me indiques, que me digas si es por aquí o por allá, si tengo que coger o dejar, qué hacer, que me digas: “mira hija, esta es tu vida” que yo sola no me aclaro, que miro a un lado y miro a otro y hay tantas y tantas cosas que meter en un solo día, que es imposible ¿cuál es lo bueno y cual es lo malo? ¿entre qué cosas es necesario elegir en la vida?
Y si ahora vienes y me abrazas, y me haces sentir más viva que nunca, y me consuelas, y me animas, y me indicas, y me tienes en la palma de tu mano y me…
No hay comentarios:
Publicar un comentario